Sensor de cigüeñal: qué es, para qué sirve y cuándo reemplazarlo

El sensor de cigüeñal (crankshaft sensor) es un componente electrónico encargado de monitorear la posición y la velocidad de giro del cigüeñal del motor. Gracias a este sensor, la computadora del vehículo puede calcular el tiempo exacto para inyectar el combustible y producir la chispa de encendido. En pocas palabras, es un elemento clave para que el motor arranque y funcione de forma eficiente.

Este sensor suele estar ubicado cerca del cigüeñal, en la parte baja del motor, y puede funcionar mediante tecnología magnética o de efecto Hall. Aunque es una pieza pequeña, su falla puede provocar problemas serios de rendimiento, consumo excesivo de combustible o incluso que el motor no encienda.

¿Para qué sirve el sensor de cigüeñal?

Su función principal es informar al sistema de control del motor (ECU) sobre la posición exacta del cigüeñal y la velocidad a la que gira. Esta información se combina con la del sensor de árbol de levas para sincronizar la inyección de combustible y el encendido de las bujías. Así, se garantiza un funcionamiento suave y eficiente del motor.

Sin este sensor, la computadora no podría saber cuándo cada cilindro está en posición para la combustión, lo que afectaría directamente el rendimiento del vehículo. Por eso, su correcto funcionamiento es vital para evitar fallos de encendido, jaloneos o apagones inesperados.

¿Cuáles son los síntomas de un sensor de cigüeñal dañado?

Cuando este sensor falla o empieza a fallar, se pueden presentar varios síntomas:

• El motor tarda en encender o no enciende.

• Se apaga repentinamente mientras se conduce.

• Hay pérdida de potencia o fallas al acelerar.

• Se enciende la luz de “Check Engine”.

• Aumento del consumo de gasolina.

Estos síntomas pueden confundirse con fallas en otros sensores o partes del motor, por eso es recomendable hacer un diagnóstico con escáner antes de reemplazar la pieza.

¿Qué causa su falla?

El sensor de cigüeñal puede dañarse por la exposición constante al calor del motor, acumulación de suciedad o partículas metálicas, y por golpes o vibraciones que afectan su estructura. Con el tiempo, también puede presentar desgaste interno o fallas eléctricas naturales por el uso.

En algunos casos, el problema no está en el sensor sino en el cableado o los conectores que lo alimentan. Un mal contacto, cables rotos o sulfatados pueden provocar fallas en la lectura. Por eso, siempre se recomienda revisar todo el sistema antes de reemplazar la pieza.

¿Cómo se reemplaza el sensor de cigüeñal?

El reemplazo del sensor de cigüeñal puede variar dependiendo del modelo del vehículo, pero en la mayoría de los casos implica localizar el sensor cerca del cigüeñal, desconectar el conector eléctrico y retirar los tornillos que lo sujetan. Luego, se instala la nueva pieza asegurándose de que quede bien ajustada y se vuelve a conectar el sistema eléctrico. Finalmente, es recomendable borrar los códigos de error con un escáner para que la computadora reconozca el nuevo sensor.

Aunque parece un proceso sencillo, el acceso al sensor puede ser complicado en algunos autos, y una instalación incorrecta podría generar más fallas o afectar el rendimiento del motor. Por eso, se recomienda acudir a un mecánico profesional, especialmente si no se tiene experiencia en reparaciones automotrices. Un técnico calificado podrá realizar el cambio de forma segura, rápida y garantizando que todo funcione correctamente.

Conclusión

El sensor de cigüeñal cumple una función vital en el sistema de encendido del motor, permitiendo un arranque y funcionamiento óptimo. Su falla puede traer consecuencias serias, pero si se detecta a tiempo, puede solucionarse fácilmente con un reemplazo adecuado. Siempre que se presenten síntomas como apagones repentinos o problemas al encender, es recomendable hacer una revisión electrónica del vehículo.

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